La
aparición en el mercado del generador
diésel supuso una revolución. Y esto no solo por su capacidad de producir
energía con mejor calidad que el generador
gasolina, sino también porque resultó ser a largo plazo un generador barato de excelente calidad.
En
un inicio, el hecho de que tuviera precios más elevados que el generador gasolina, hizo pensar a
muchos usuarios que el generador diésel
no era una alternativa económica para suplir en sus hogares la falta de
electricidad.
Pero
muy pronto quedó demostrado que, aunque su compra resulta más cara, a largo
plazo resulta ser un generador barato
por las potencialidades de su motor para producir una energía de alta calidad a
un consumo mínimo de combustible.
En
efecto, el generador diésel tiene la
capacidad de producir una densidad de energía superior a la del resto de estos
dispositivos. Esto significa que produce más electricidad con menos carburante,
lo que supone un ahorro potencial.
En
comparación con el generador gasolina,
el de diésel tiene un motor que adecua sus ciclos al consumo energético y gira
a menos revoluciones por minuto. Esto es una garantía de durabilidad, así como
de una mayor eficiencia.
Y
si de durabilidad se trata, el generador
diésel puede superar la década de funcionamiento siempre que se le eviten
sobrecargas y se le someta a mantenimientos generales para garantizar el buen
funcionamiento de su motor.
Estos
mantenimientos no deben realizarse con la misma frecuencia y complejidad que
llevan el generador gasolina (que si
por sus precios parece un generador
barato, a la larga conlleva gastos mayores que los de su compra).
En
resumen, gastan más combustible, se rompen con mayor facilidad, conllevan
grandes gastos en reparaciones y mantenimientos y producen una energía de menor
densidad. Y sobre todo, resultan menos modernos, funcionales y eficientes que
el generador diésel, la mejor
elección para un hogar en la actualidad. Para saber más sobre Generadores, entra aquí .
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